miércoles, 26 de noviembre de 2014

DESAYUNAR COMO REY

Estrepitosa y enérgica nace una nube en mi cocina.
Envolvente es el aroma que escapa del horno.
Misteriosa es aquella bolsa que llena de vida un insípido transparente.
Una nube se esfuma en el cielo color ámbar de mi taza caliente,
mientras el verde bosque cubre la pálida llanura de mi manjar más pobre y más preciado.

Bienvenidos son a mis ojos colores de la mañana.
Bienvenidos son a mi olfato aromas del amanecer.
Bienvenidos sabores y texturas a mi hambrienta boca.
Bienvenido burbujeo y bienvenido tictac a mis recién despiertos oídos.
Bienvenido calor a mis friolentas manos.

Tú desayuno, eres el placer de la mañana,
que despiertas cada día mis somnolientos sentidos.
Sin tí, el día sabe a menta y cena.

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