lunes, 14 de marzo de 2016

Y creció tanto tanto
que las nubes le tiñeron las barbas
y los ríos le arrugaron su capa.

Las Consentidas (en honor a la cueca)

Ellas, las muy vanidosas florcitas del campo,
le hicieron ojito al rocío
y él, de tan enamorado, bañó de diamantes sus vestidos.

Esas consentidas...
¡Todo consiguen con su porfía!

domingo, 30 de noviembre de 2014

ABEDUL

Cuando el viento corre entre ustedes,
mis queridas pequeñas,
se sacuden como niñas traviesas,
mostrando intercaladamente,
su pálido y desnudo envés.

¡Bello es su baile!
mis queridos corazoncitos verdes.
Su inanimado semblante
es ahora una bandada de colibríes.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Para los microbiólogos:

El mundo de lo más pequeño

En el mundo de lo más pequeño existe un reino
donde los niños vestidos de verde juegan al trencito,
donde los ancianos barbudos son los más ágiles de la zona,
donde los cangrejos se visten de cristal transparente
y donde los gusanos bailan brakedance.

En este mundo hay condominios de casitas cuadradas,
donde viven personitas verdes casi fosforescentes.
En el mundo de lo más pequeño, unas pulguitas moradas se adulan
porque unas tremendas narices les están creciendo.

Grandes son las maravillas de este secreto reino,
que nuestros ojos despreciaron.
¡Ojalá tuviera ojos como los de ese marivilloso portal!
Para poder ver en cada esquina,

esas maravillosas cosas pequeñas, que grandes son en belleza.
DESAYUNAR COMO REY

Estrepitosa y enérgica nace una nube en mi cocina.
Envolvente es el aroma que escapa del horno.
Misteriosa es aquella bolsa que llena de vida un insípido transparente.
Una nube se esfuma en el cielo color ámbar de mi taza caliente,
mientras el verde bosque cubre la pálida llanura de mi manjar más pobre y más preciado.

Bienvenidos son a mis ojos colores de la mañana.
Bienvenidos son a mi olfato aromas del amanecer.
Bienvenidos sabores y texturas a mi hambrienta boca.
Bienvenido burbujeo y bienvenido tictac a mis recién despiertos oídos.
Bienvenido calor a mis friolentas manos.

Tú desayuno, eres el placer de la mañana,
que despiertas cada día mis somnolientos sentidos.
Sin tí, el día sabe a menta y cena.

martes, 25 de noviembre de 2014

Comer es uno de los grandes placeres de la vida.
La prueba más fidedigna que conozco de que se ha degustado algo realmente espectacular, es ese explosivo e impertinente impulso de raspar la olla (que definitivamente es la mejor parte, especialmente cuando se le agrega el indescifrable sabor de un dedo entrometido). Ese sólo hecho guarda la tremenda angustia de querer que el sabor dure para siempre y encontrarse a cada minuto una amenazante olla cada vez más limpia. Raspar la olla es el acto de desafiar los límites de cuándo se acaba un plato, es la búsqueda de un infinito.
Eso es, en parte, la escritura poética para mí: el lenguaje figurado. Es tratar de romper los límites de la lengua, para expresar sensaciones y percepciones que no tienen palabras. Porque la mayoría de las experiencias, cuando se viven profundamente, no tienen palabras, ya que la experiencia es infinita y las palabras son finitas. Por eso el lenguaje figurado es hermoso, porque encuentra caminos entre las palabras para expresar lo infinito: la experiencia en su más pura y completa expresión.
Este blog, es la ventana de mi experiencia figurada.
Sean bienvenidos.